Ana, de 28 años, llegó a nuestra consulta con una historia de obsesiones intrusivas relacionadas con la contaminación y el miedo a enfermarse.
Pasaba horas lavando sus manos y evitaba tocar superficies públicas, hasta tal punto que tenía la piel dañada. Su calidad de vida se veía afectada, y su ansiedad era abrumadora.
Durante la evaluación, Ana describió sus obsesiones con gran detalle. Temía que cualquier objeto o superficie estuviera contaminado con gérmenes, y eso se extrapolaba a todos los objetos que podían estar directa o indirectamente en contacto con el objeto contaminado “original”. Sus compulsiones incluían lavarse las manos repetidamente, evitar lugares públicos y llevar consigo desinfectantes constantemente.
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es un trastorno de la ansiedad caracterizado por pensamientos obsesivos recurrentes y comportamientos compulsivos.
Decidimos implementar la Exposición con Prevención de Respuesta (EPR), que es una técnica utilizada en la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) para tratar el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), avalada por los estudios por su eficacia y que se basa en la exposición gradual a las obsesiones sin permitir las compulsiones. El objetivo es reducir la ansiedad y la necesidad de realizar rituales. Tal y como indican las siglas de la EPR:
- La Exposición, implica enfrentar al paciente a situaciones relacionadas con sus obsesiones o miedos; se empieza por situaciones que causan una cantidad mínima de ansiedad y luego se va aumentando gradualmente la intensidad para que el paciente experimente la ansiedad sin realizar las compulsiones habituales.
- La Prevención de Respuesta, implica evitar los comportamientos compulsivos. Aquí el terapeuta apoya al paciente para que no realice las acciones compensatorias que reducirían la ansiedad. El terapeuta acompaña al paciente a enfrentarse deliberadamente al objeto o idea temida, ya sea directamente o a través de la imaginación.
Los estudios respaldan la eficacia de la EPR incluso después de tres años de finalizar el tratamiento. La mejora del problema se sitúa entre el 40% y el 75%.
Esta técnica se adapta a las necesidades individuales de cada paciente y es parte de un enfoque integral en el tratamiento del TOC. Volviendo al caso de Ana, los pasos en los que trabajamos juntas fueron:
- Identificar qué situaciones desencadenaban sus obsesiones para crear una lista jerárquica, desde las situaciones menos ansiosas hasta las más intensas.
- Comenzar con la situación menos ansiosa: en su caso fue tocar una superficie pública durante unos segundos sin lavarse las manos. Ana experimentó ansiedad, pero se mantuvo firme. Gradualmente, aumentamos la exposición.
- Durante la exposición, Ana se abstuvo de realizar compulsiones. Le explicamos que la ansiedad disminuiría con el tiempo si no cedía a sus rituales.
- Repetimos las exposiciones regularmente, celebrando cada logro.
Después de semanas de tratamiento, Ana mostró una disminución significativa en sus obsesiones y compulsiones. Aprendió a tolerar la ansiedad sin recurrir a rituales. Su calidad de vida mejoró, y pudo retomar actividades sociales y laborales.
La técnica de EPR es una herramienta poderosa en el tratamiento del TOC. A través de la exposición controlada y la prevención de respuestas, los pacientes pueden recuperar el control sobre sus vidas.
Si tú o alguien de tu entorno padece TOC y necesita ayuda especializada, estamos aquí para ayudarte.